Placer 28.
NOIA + Koroiev
17/12/2016 20.30
Sónar, Santiago de Compostela
NOIA es el álter ego de Gisela Fulla-Silvestre, look una barcelonesa afincada en Nueva York que recientemente ha publicado un magnífico EP “Habits” con el prestigioso sello norteamericano Cascine. Cuatro canciones de pop ambiental, donde las finas envolturas electrónicas y los guiños al letfield o al dancehall juguetean, mezcladas con el descaro de la juventud y la esencia mediterránea.
Barroquismo sonoro de atmósferas de mil capas, con muchos puntos en común con sus paisanos Desert, en NOIA se adivinan pulsos soul que sorprenden, deudores de su admirada Lauryn Hill, y un latido tropicalista como el de su compañera de sello, la ecuatoriana María Usbeck.
Su EP ha sido publicado por Cascine, hogar de Lemonade, Yumi Zouma o Chad Valley entre otros, y en USA ha estado tocando en festivales con Nite Jewel o Kristin Kontrol.
Sintonía perfecta para el síndrome de melancolía futurista. Miradas perdidas en la soledad del enjambre, escrutando delicadamente el pasado, disfrutando del presente, y deseando que el mañana sea el menos malo del idealizado por nuestra mente.
Para Koroiev el mundo real es “el otro”, y es ese “otro mundo” el que vuelve a ser el caldo de cultivo de su siguiente producción. Un disco en el que está trabajando desde hace un tiempo como parte de un proyecto narrativo más amplio que une los universos de las múltiples propuestas surgidas de la inquieta cabeza del coruñés Roberto Casteleiro. El “work in progress” del que podremos disfrutar puede ser un buen testeo de lo que está por venir.
Barroquismo sonoro de atmósferas de mil capas, con muchos puntos en común con sus paisanos Desert, en NOIA se adivinan pulsos soul que sorprenden, deudores de su admirada Lauryn Hill, y un latido tropicalista como el de su compañera de sello, la ecuatoriana María Usbeck.
Su EP ha sido publicado por Cascine, hogar de Lemonade, Yumi Zouma o Chad Valley entre otros, y en USA ha estado tocando en festivales con Nite Jewel o Kristin Kontrol.
Sintonía perfecta para el síndrome de melancolía futurista. Miradas perdidas en la soledad del enjambre, escrutando delicadamente el pasado, disfrutando del presente, y deseando que el mañana sea el menos malo del idealizado por nuestra mente.
Para Koroiev el mundo real es “el otro”, y es ese “otro mundo” el que vuelve a ser el caldo de cultivo de su siguiente producción. Un disco en el que está trabajando desde hace un tiempo como parte de un proyecto narrativo más amplio que une los universos de las múltiples propuestas surgidas de la inquieta cabeza del coruñés Roberto Casteleiro. El “work in progress” del que podremos disfrutar puede ser un buen testeo de lo que está por venir.